Todavía
recuerdo claramente el momento cuando mi mamá me dice: “Nany, tóqueme aquí, me
siento una bolita”, era su seno, por alguna razón, ese día, quiso hacerse el auto
examen. Cuando le toqué donde ella me indicaba, efectivamente le sentí la
bolita y que al hacerle presión no le causaba ningún dolor. Sin precipitarme le
dije que sacara cita médica, la verdad no me preocupé, nunca pensé que una
enfermedad como el -cáncer de seno- nos tocara, menos a mi mamá con 38 años de
edad, a pesar de que mi bisabuela por parte de papá padeció de ésta.
La cita le
salió días después de solicitarla, el doctor la examinó y también con sospechas
le mando a realizarse una biopsia estereotáxica de mama que determina las
coordenadas del espacio donde se
encuentra la lesión y con un dispositivo denominado “pistola de biopsia” se
extrae piezas cilíndricas de tejido para comprobar si el tumor es maligno o no.
Exactamente a los ocho días le entregaron el resultado y recuerdo cuando ése
jueves yo llegaba del colegio, la casa estaba en un silencio profundo, entré a
la habitación de mis papás y allí estaba ella, con los ojos hinchados de tanto
llorar, su rostro lo decía todo, me senté a su lado y volvió su llanto; yo
siendo muy sensible increíblemente estaba tranquila, al principio no lo creía
pero luego lo asimilé y aún así, yo seguía tranquila, era como si en el fondo
supiera que la difícil situación por la que pasábamos iba a terminar bien.
A pesar de que el servicio de salud en Colombia no es muy bueno
y que recientemente nuestra EPS había pasado por diferentes tipos de cambios
como trasladarnos de sede; por azares de la vida terminamos siendo atendidos en
la clínica Carlos Ardila Lulle, donde los mejores médicos Oncólogos atendieron
a mi mamá.
Tuvo que pasar por cualquier cantidad de exámenes en los
cuales uno de ellos informaba que el cáncer estaba haciendo metástasis y que
otro muy pequeño tumor se veía en el hígado. La preocupación y desespero en
ella fue tanto que la depresión era la que la estaba destruyendo. Es así que
minutos antes de hacerle la biopsia en el hígado, el doctor le vuelve a tomar
otra ecografía por un presentimiento que tenía y como si fuera alguna fuerza
suprema o tal vez un milagro, aquel diminuto tumor había desaparecido, así,
como si nada.
Ya un poco mejor y con la gran noticia de que el cáncer se
había detectado a tiempo y no era necesario que su mama fuera removida
totalmente, mi madre es sometida a cirugía para la extirpación de aquella
pesadilla en su seno derecho; duró aproximadamente dos horas y había tenido
complicaciones, a los quince días fue su segunda intervención pues le quedaba
aún tejidos infectados, el resultado fue mucho mejor y su recuperación fue
estricta y satisfactoria.
Finalmente en enero de éste año fue reconstruido su seno
también, con excelentes resultados. Todo fue difícil pero bien superado.
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