jueves, 16 de agosto de 2012

Corrección de la crónica escrita por Luz Clemencia Gómez


Entre el Sábado 15 de Julio de 2000; y la madrugada del día Domingo 16 de Julio de 2000(día de Nuestra Señora del Carmen).
A continuación voy a narrar en este hermoso cuaderno, el sueño más hermoso, un sueño divino que Dios Padre, Señor Jesús y Espíritu Santo, me obsequiaron:

Realmente no puedo a ciencia cierta precisar a que hora empezó el sueño divino, ni tampoco alcanzo a identificar en que espacio del día fué, es decir, si fué en la mañana, en la tarde ó en la noche.
El sueño Divino, mi sueño inicia así: De un momento a otro dentro del sueño, sin saber si es de día (en la mañana en, la tarde) ó de noche; me encuentro en un salón de forma alargada no muy grande el salón; y me acerco a un señor que estaba sentado en una silla de madera sin respaldar (todo ello ocurre en segundos), y observo rápidamente que tiene un pedazo de pan en las manos, entonces yo le pregunto: ¿Me puedes regalar un poco de pan?, el Señor estaba mirando al frente, y se voltea inmediatamente hacia la derecha y me responde: ¡sí claro!, me sonrió y me regala pan, el pan que tenía dentro de sus manos. Yo, entonces le pregunto: ¿perdón, tú quién eres?; y el me responde, yo soy Juan, y me vuelve a sonreír. (Algo muy importante que se me acaba de pasar; es que antes que me entregara el pan; el señor que estaba sentado al frente de Juan, también en una silla de madera, sin respaldar, le dijo unas palabras a Juan, el señor estaba como serio, pero no recuerdo que palabras le diría a Juan; y Juan le respondió como riéndose (dichas palabras tampoco me acuerdo. Dentro de mi corazón, en el sueño sentí, que dicho señor, que estaba al frente de Juan, era Pedro).

Retomando el sueño, Juan me entrega el pan, y yo lo miro y también le sonrio; y me acuerdo perfectamente en cuestión de segundos me doy cuenta que Juan, tenía  barba, su piel era de color blanca, la barba era de color castaño, su sonrisa era hermosa y transmitía dulzura. Su traje era como marrón largo; su cabello era también de color marrón, corto y lacio; en el sueño tenía más o menos entre 20 a 30 años apróximadamente.
Después yo de observar a Juan en cuestión de segundos; miro rápidamente el resto de salón, y me doy cuenta que al lado de Juan (simultáneamente) y de Pedro; había otros señores sentados, es decir; 5 al lado de Juan; y otros 5 al lado de Pedro, y había una mesa de madera alargada de color marrón oscuro en el centro; luego observo rápidamente que al finalizar la mesa, en la punta de la mesa se encontraba Nuestro Señor Jesús (no recuerdo si estaba sentado o de pie), pero supe que era EL; yo lo miré y EL me miró; sus ojos eran grandes y completamente azules, me sonrió. Alrededor de EL, de su rostro y parte de su cuerpo, había una luz intensa blanca que irradiaba todo el entorno de Nuestro Señor Jesús. No le pude ver su rostro en sí, su nariz, sus mejillas, su frente; pero supe que era Jesús; porque en el sueño sentí una paz increible; y al observar que EL me miraba y me sonreía, sentí una paz y felicidad, indescriptible. Sus ojos y su sonrisa eran divinos, dificiles de describir porque eran tan bellos sus ojos y su sonrisa, que es casi imposible poderlos describir; y sus manos no las pude ver. Recuerdo que el azúl de los ojos de Nuestro Señor Jesús, eran de un azúl claro brillante, un azúl como el azúl del cielo, y sus ojos eran redondos  grandes. Su sonrisa era divina y llena de amor y dulzura.

Luego de observar en cuestión de segundos, a Nuestro Señor; miré alrededor en sí, y comprendí que los demás señores, incluyendo Juan y Pedro, eran los Apostoles de Nuestro Señor Jesus; y también comprendí rápidamente, que observé si se puede llamar así: “La última Cena”.
Inmediatamente sucedió lo anterior, así finaliza el sueño divino que Nuestro Señor Jesús, me ha obsequiado en mis 31 años que llevo de vida. Me desperté entonces del sueño, y en mi asombro de felicidad y de alegría inmensa, doy Gracias miles y miles de gracias a Dios Nuestro Señor; por el divino sueño que me regaló; y luego me volví a quedar completamente dormida de felicidad

¡ Gracias, Mi Dios Padre, Nuestro Señor Jesús, Espíritu Santo; y Santísima Virgencita María, por todas las bendiciones y gracias que he recibido!, Los adoro y los amo muchísimo!.

ERRORES DE REDUNDANCIA
ERRORES ORTOGRÁFICOS
CONCORDANCIA
COHESIÓN Y COHERENCIA
SEMÁNTICOS
OTRO TIPO DE FALLAS

Observaciones: En general los inconvenientes que se presentan en la expresión escrita obedecen a que predominan características del discurso oral sobre el escrito tales como la reiteración verbal y de ideas, falta de concordancia entre tiempos verbales (deberías utilizar el pretérito imperfecto e indefinido en vez del presente, ya que se trata de un acontecimiento pasado) y el orden de algunos adjetivos propuestos: * luz intensa blanca (debes ubicar primero el atributivo, después el cuantificacional).

Es necesario utilizar el punto y aparte de vez en cuando para concluir el párrafo, delimitar conjuntos temáticos y facilitar la lectura a quien se aproxime al texto. Intenta simplificar las oraciones a construcciones sujeto + verbo + predicado, esto te facilitará exponer tus pensamientos con más precisión.
La remembranza de un suceso especial narrado desde lo afectivo constituye un tema interesante, ya que logras transmitir al lector la pasión que experimentas. Sin embargo, debes tener una mayor organización cronológica a la hora de construir  el relato.

Gracias por compartir tu crónica con tu lectora Margarita Sorzano.

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