Entre el Sábado 15 de
Julio de 2000; y la madrugada del día Domingo 16 de Julio de 2000(día de
Nuestra Señora del Carmen).
A continuación voy a
narrar en este hermoso
cuaderno, el sueño
más hermoso, un sueño divino que Dios Padre,
Señor Jesús y Espíritu Santo, me obsequiaron:
Realmente no puedo a
ciencia cierta precisar a que
hora empezó el sueño
divino, ni tampoco alcanzo a identificar en que espacio del día fué, es decir, si fué en la mañana, en la tarde
ó en la noche.
El sueño Divino, mi sueño inicia así: De un
momento a otro dentro del sueño,
sin saber si es de día (en la mañana en, la tarde) ó de noche; me encuentro en un salón de forma alargada
no muy grande el salón;
y me acerco a un señor que estaba sentado en una silla de madera sin respaldar
(todo ello ocurre en segundos), y observo rápidamente que tiene un pedazo de pan en las manos,
entonces yo le pregunto: ¿Me puedes regalar un poco de pan?, el Señor estaba mirando al frente, y se voltea
inmediatamente hacia la derecha y me responde:
¡sí claro!, me sonrió
y me regala pan, el pan que tenía dentro de sus
manos. Yo, entonces le pregunto: ¿perdón, tú quién eres?; y el me responde, yo
soy Juan, y me
vuelve a sonreír. (Algo muy importante que se me acaba de pasar; es que antes
que me entregara el pan; el señor que estaba sentado al frente de Juan, también en una
silla de madera, sin respaldar, le dijo unas palabras a Juan, el señor estaba como serio, pero no
recuerdo que palabras
le diría a Juan;
y Juan le
respondió como riéndose (dichas palabras tampoco me acuerdo. Dentro de mi corazón, en el sueño
sentí, que dicho señor, que estaba al frente de Juan, era Pedro).
Retomando el sueño, Juan
me entrega el pan, y yo lo miro y también le sonrio; y me acuerdo perfectamente en cuestión de
segundos me doy cuenta que
Juan, tenía barba, su piel era de color blanca, la barba era de color
castaño, su sonrisa era hermosa y transmitía dulzura. Su traje era como marrón largo; su
cabello era también de color marrón, corto y lacio; en el sueño tenía más o menos entre 20 a 30 años apróximadamente.
Después yo de observar a Juan en
cuestión de segundos; miro
rápidamente el resto de salón, y me doy cuenta que al lado de Juan (simultáneamente) y de Pedro;
había otros señores sentados, es decir; 5 al lado de Juan; y otros 5 al lado de
Pedro, y había una mesa de madera alargada de color marrón oscuro en el centro;
luego observo rápidamente que al finalizar la mesa, en la punta de la mesa se encontraba Nuestro Señor Jesús
(no recuerdo si estaba sentado o de pie), pero supe que era EL; yo lo miré y EL me miró; sus ojos eran
grandes y completamente azules, me sonrió. Alrededor de EL, de su rostro y parte de su cuerpo, había una luz intensa blanca que irradiaba todo el
entorno de Nuestro Señor Jesús. No le pude ver su rostro en sí, su nariz, sus
mejillas, su frente; pero supe que era Jesús; porque en el sueño sentí una paz increible; y al observar que EL me miraba y me sonreía, sentí una paz y
felicidad, indescriptible.
Sus ojos y su sonrisa
eran divinos, dificiles
de describir
porque eran tan bellos sus
ojos y su sonrisa, que es casi imposible poderlos describir; y sus manos
no las pude ver. Recuerdo que el azúl de los ojos
de Nuestro Señor Jesús, eran de un azúl claro brillante, un azúl como el azúl
del cielo, y sus ojos
eran redondos grandes. Su sonrisa era
divina y llena de amor y dulzura.
Luego de observar en
cuestión de segundos, a Nuestro Señor; miré alrededor en sí, y comprendí que los demás señores, incluyendo Juan
y Pedro, eran los Apostoles
de Nuestro Señor Jesus;
y también comprendí
rápidamente, que observé
si se puede llamar así: “La última Cena”.
Inmediatamente
sucedió lo anterior, así finaliza el sueño divino que Nuestro Señor Jesús, me ha
obsequiado en mis 31 años que llevo de vida. Me desperté entonces del sueño, y en mi asombro de felicidad y de alegría inmensa, doy Gracias miles y miles
de gracias a Dios Nuestro Señor; por el divino sueño que me regaló; y luego me volví a quedar
completamente dormida de felicidad…
¡ Gracias, Mi Dios Padre,
Nuestro Señor Jesús, Espíritu Santo; y Santísima Virgencita María, por todas
las bendiciones y gracias que he recibido!, Los adoro y los amo muchísimo!.
ERRORES DE REDUNDANCIA
ERRORES ORTOGRÁFICOS
CONCORDANCIA
COHESIÓN Y COHERENCIA
SEMÁNTICOS
OTRO TIPO DE FALLAS
Observaciones: En general los inconvenientes que se presentan en
la expresión escrita obedecen a que predominan características del discurso
oral sobre el escrito tales como la reiteración verbal y de ideas, falta de
concordancia entre tiempos verbales (deberías utilizar el pretérito imperfecto
e indefinido en vez del presente, ya que se trata de un acontecimiento pasado)
y el orden de algunos adjetivos propuestos: * luz intensa blanca (debes ubicar primero
el atributivo, después el cuantificacional).
Es necesario utilizar el punto y aparte de vez en cuando para concluir el
párrafo, delimitar conjuntos temáticos y facilitar la lectura a quien se
aproxime al texto. Intenta simplificar las oraciones a construcciones sujeto +
verbo + predicado, esto te facilitará exponer tus pensamientos con más
precisión.
La remembranza de un suceso especial narrado desde lo afectivo constituye
un tema interesante, ya que logras transmitir al lector la pasión que
experimentas. Sin embargo, debes tener una mayor organización cronológica a la
hora de construir el relato.
Gracias por compartir tu crónica con tu lectora Margarita Sorzano.
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